Por Mario Saldaña, periodista.Solo el cálculo político (muy malo, dicho sea de paso) puede justificar que el Gobierno no haya aceptado las recomendaciones formuladas tres meses atrás por el (aún) directorio de Petro-Perú, cuando ya se había hecho notar el nivel de gravedad financiera y patrimonial de la compañía, para intentar sortear su anunciada crisis.Quedará para cuando dejen su fajín saber a ciencia cierta cuál ha sido la posición de los ministros José Arista (MEF) y Rómulo Mucho (Minem) en torno del planteamiento del directorio de la estatal, y cuál es la del resto del Gabinete y la de la propia presidenta Dina Boluarte en un tema que no resiste el menor análisis.Acaso los cambios ministeriales que ya se anuncian en breve (al cierre de la presente columna se desconocen sus alcances) serán una expresión de la posición final del Ejecutivo en torno de varios temas, y en especial respecto de este.