Por Alfredo Thorne, exministro de Economía.La Nueva Refinería de Talara carece de justificación económica, ya que el Perú no cuenta con suficiente petróleo para procesar. Recuerdo cuando los equipos de Gobierno debatimos en Cusco y nos manifestamos en contra de esa refinería. Sin embargo, se construyó y ahora se ha convertido en un elefante blanco. La pregunta es ¿qué se debe hacer? Propongo cuatro ideas para el debate:En primer lugar, la decisión debe ser tomada de manera consensuada en el Congreso de la República. Es ahí donde están representadas las fuerzas políticas y todas ellas deben asumir su responsabilidad sobre la situación actual de Petroperú. Esto porque no es un problema coyuntural, sino que persistirá más allá del 2026.Esta ley, que debería ser redactada por un grupo de expertos, tendría que dar un mandato claro a la gestión de Petroperú para reducir costos, liquidar activos no esenciales y reestructurar deudas. Este debería ser un mandato preciso, en el cual las fuerzas políticas asuman esa responsabilidad.En segundo lugar, Petroperú debería concesionar aquellas unidades de negocio que ya son maduras, como la refinería, el oleoducto, la comercialización y los grifos, a empresas con experiencia en esta gestión.
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