Los capitales de corto plazo vuelven a fluir al extranjero, pese a que se pensaba que la sangría había cesado.Tras las abruptas salidas de estos recursos en el 2021 (US$ 17,161 millones) y, en menor medida, en el 2022 (US$ 3,643 millones), el éxodo se ralentizó el año pasado con una retirada neta de US$ 1,685 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR). Incluso en el ultimo tramo del 2023 y el primer trimestre de del año en curso, hubo ingresos netos de menor cuantía, pero que hacían presumir que la mala racha se había contenido.Sin embargo, en el segundo trimestre del presente ejercicio rebrotaron las salidas con un monto de US$ 616 millones, comparable con cifras del 2022, el segundo peor año de retiro de capitales de corto plazo del país.