El jueves 4 de julio, la Comisión Permanente aprobó en segunda votación la que quizá sea la norma más nociva aprobada por este Congreso y la que más beneficiará a los partidos que la integran: la ley que modifica la definición de organización criminal. Es sintomático que sea así. Alguien que desconociese la realidad del país se preguntaría, con lógica, cómo una ley sobre organización criminal podría beneficiar a partidos políticos debidamente inscritos y que forman parte de un régimen democrático. Pero la realidad es que varios de los partidos que integran el Congreso, y otros líderes de agrupaciones, tendrán a la norma como una aliada para sus investigaciones. Esta última semana empezó el desfile y aún no se avizora una salida al problema.(Edición domingo).
- [Correo,Pág. 2-3] /