Sentados ahí, algunos con poses de ministros y otros como si se tratara de una asamblea de padres de familia, uno los escucha y se pregunta qué hacen ahí sentados. Las comisiones empezaron a instalarse en el Congreso y algunos de sus presidentes no ocultaron su desconocimiento del sector que tendrán a su cargo.Ya varios de ellos estaban descalificados moralmente para asumir las comisiones por las investigaciones que cargan sobre sus espaldas, pero las consecuencias de la repartija los impusieron en la mesa principal de los grupos de trabajo.