La vorágine de las energías limpias ha comenzado y continuará de forma imparable. Y es que sobre ellas descansa el proceso de transición energética en el que está inmerso el mundo en su objetivo de mitigar el calentamiento global.Así, tenemos que el Perú ha contraído el compromiso internacional de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 40% hacia el 2030.Hablamos de una apuesta mayúscula, pues involucra tomar medidas urgentes contra la deforestación (46,3%), contra las externalidades negativas del sector agropecuario (13,6%) y contra la polución generada por el transporte (13,5%), que son los tres sectores más intensivos en emisión de dióxido de carbono, como bien apunta el portal Rumbo Energético del Instituto Videnza.Sin embargo, es muy poco lo que el Gobierno viene haciendo al respecto.Por el contrario, sí existe una genuina preocupación de las empresas automotrices y de transportes por "poner su granito de arena para lograr la descarbonización". Esto, a través de importantes inversiones en tecnologías de bajas emisiones, como las sustentadas en la electricidad (vehículos electrificados) y el gas natural.
- [El Comercio,Pág. 6-7 Día1] /