"El presidente de la República no debe ser una especie de Dios todopoderoso que está en todas partes", sostuvo ayer el jefe del Estado, Alan García, justo cuando diversos analistas señalan que su sobreexposición en los medios de comunicación --por la cantidad de actividades públicas que realiza-- es uno de los motivos para el descenso de su popularidad en las encuestas.Pero García parece estar ajeno a esos cuestionamientos y más bien quiso transmitirles a los alcaldes presentes en Palacio de Gobierno el mensaje de que ellos deben asumir su papel."El presidente no puede estar viajando a todas las provincias y distritos quitándoles autoridad. Debe dejarle al alcalde toda la atribución y la fuerza", comentó, al tiempo que señaló que los papeles del presidente y los burgomaestres deben estar bien definidos.