Cerca de la localidad de Ramadilla, a unos 30 kilómetros del lugar donde se produjo el atentado criminal contra cinco policías y tres civiles, una patrulla del Ejército capturó a ocho presuntos terroristas armados. Ellos, según se informó ayer en la Presidencia del Consejo de Ministros, fueron sorprendidos descansando en una choza. Inmediatamente después se los trasladó a la base contrasubversiva de Pichari para las investigaciones del caso y determinar su participación en la matanza. Al momento de la detención se les incautó dos fusiles automáticos ligeros (FAL), dos fusiles G3, cuatro fusiles Mauser y tres escopetas.El ministro de Defensa, Allan Wagner, refirió que cinco patrullas del Ejército habían salido tras los pasos de los asesinos y que una de ellas detectó a las 10 de la mañana a cuatro sospechosos a los cuales siguió durante más de tres horas. Se presume que estaban escapando a la zona de Vizcatán. Cuando estos sujetos llegaron a una choza y se confirmó que había otros cuatro sospechosos más adentro, los militares iniciaron el cerco y la captura. La ministra del Interior, Pilar Mazzetti, también presente en la reunión, adelantó que los detenidos serán trasladados a Lima más adelante con fuertes medidas de seguridad para continuar con las investigaciones.