La inversión privada creció 0.3% en el primer trimestre, respecto del mismo periodo del año pasado, según el BCR. Sin embargo, al igual que sucedió con el PBI y otros indicadores macroeconómicos, se trató principalmente de un efecto estadístico puesto que la base era muy baja: en el primer trimestre del 2023, la inversión privada cayó 12% (respecto del mismo periodo del 2022), debido a que las protestas, paros y tomas de carreteras agravaron la crisis política y empeoraron el entorno para hacer negocios. Esto prolongó la toma de decisiones de las empresas de invertir: el indicador siguió decreciendo en los trimestres siguientes y cerró el año con una contracción de 7.2%.Para el 2024, el BCR proyecta un incremento de 2.3% -que no será suficiente para cubrir la pérdida del 2023, aunque algo es algo-, justificado por "un entorno de estabilidad sociopolítica y macroeconómica que continúe favoreciendo la recuperación de la confianza empresarial y de los hogares".