Hoy se cumple una semana desde que el chavismo en Venezuela asegurara su permanencia en el poder. Nicolás Maduro, presidente desde el 2013, afirma que su victoria fue democrática pese a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) -controlado por el oficialismo- aún no transparenta las actas electorales.A la fecha, los gobiernos de 12 países le han dado la espalda a Maduro, algunos directamente calificando su reelección de fraudulenta. Otros 36 pidieron que se publiquen las pruebas del escrutinio. Los aliados del régimen, como Rusia, China, Cuba, Nicaragua y bolivia, además de otros 14 Estados -casi todos de dudosas credenciales democráticas- lo han felicitado por los resultados.El Perú fue uno de los primeros países en condenar el fraude. (Edición domingo).