El chavismo les pagó el pasaje y a Venezuela llegaron disfrazados de supuestos veedores del proceso electoral que desembocó en los tramposos resultados que impusieron a Nicolás Maduro como ilegítimo ganador. Lejos de condenar el evidente fraude, tal como lo hace la comunidad internacional, este trío de congresistas izquierdistas se pusieron al servicio de ese régimen dictatorial y corrupto. Kelly Portalatino, Guillermo Bermejo y María Agüero, parte de la izquierda radical peruana, cumplieron un vergonzoso papel poniéndose a órdenes del chavismo al avalar la sinvergüencería que significaron los comicios del último domingo y señalando que estos se desarrollaron con normalidad y transparencia. Complacientes con la dictadura, el compromiso de estos legisladores en Venezuela, donde como observadores internacionales debían denunciar las irregularidades del proceso, no fue con la democracia ni con la verdad.
- [Perú 21,Pág. 3] /