Por Pedro Pablo Kuczynski, expresidente de la República.Hace un siglo el Perú tenía muchos más ferrocarriles que hoy. La mayoría de los valles de la costa norte tenían un ferrocarril privado de carga que terminaba en un puerto. De esa época de oro de los ferrocarriles solo quedan el ferrocarril central, que une las minas del centro andino con el Callao,y el transandino del sur que va desde Mollendo y Matarani hasta Cusco, pasando por Juliaca y Puno.Ahora pareciera que el Gobierno está interesado en promover nuevos ferrocarriles. Uno de ellos es el famoso "tren macho", que prolongaría la vía existente del ferrocarril central hasta Huancavelica, principalmente para pasajeros. Este proyecto se ha licitado varias veces, pero nunca se ha concesionado de manera definitiva. Su potencial es principalmente turístico, mientras que su prolongación hacia Apurímac y Cusco sería un proyecto muy costoso con un futuro económico incierto.El otro proyecto para un futuro cercano es el tren que iría de Las Bambas en Apurímac al puerto de Marcona, bajando por el valle del río Acarí, solucionando así el grave problema ambiental creado por el transporte de mineral de Las Bambas en centenares de camiones cada día. Este proyecto es básicamente un tren minero que debería ser pagado y financiado principalmente por las minas a las cuales serviría. En principio, esa idea pareció interesarle a la principal minera cuando se lo propuse en el 2018, pero hoy habría que reiniciar toda una negociación. Tiene la ventaja de abrir la posibilidad que se desarrollen las minas de hierro que están en la parte oeste de Apurímac y que hoy no lo hacen por falta de transporte. Sería un proyecto controlado por las empresas chinas que hoy explotan Las Bambas, pero que no han expresado interés en esta inversión adicional en el Perú.