Las acciones de gestión de las finanzas públicas aún no reflejan una corrección concreta en el balance fiscal. Así, el déficit ha aumentado respecto del cierre del 2023 y se sitúa en 3.9% del PBI, un máximo desde 1992 sin considerar la pandemia, derivado de un gasto público que representa el 22.8% del PBI, mientras que los ingresos solo alcanzan el 18.9% del PBI.Para la segunda mitad de este 2024, se espera una progresiva recuperación de los ingresos públicos y una contracción significativa del gasto, especialmente en transferencias y bienes y servicios. Con ello, el déficit fiscal se reduciría de 3.9% a 2.8% del PBI en diciembre, en línea con la nueva regla aprobada. No obstante, hacia el 2025, persisten importantes riesgos para la institucionalidad fiscal.