Por Jaime de Althaus, analista político.¿Cómo hacer para que la política acompañe la recuperación nacional en lugar de frenarla?Porque hay muy buenas señales y signos claros de reactivación económica. Salimos de la recesión y el crecimiento se acelera. La propia inversión privada empieza a reanimarse y las expectativas empresariales mejoran. El inicio de Tía María tiene un poder simbólico e impulsor de proyectos detenidos. La pronta inauguración simultánea del aeropuerto Jorge Chávez y del puerto de Chancay permiten vislumbrar múltiples desarrollos que pueden acelerarse gracias a las conversaciones y acuerdos alcanzados en el muy bien organizado viaje a China. Podríamos comenzar a construir seis ferrocarriles importantes, atraer fábricas de carros eléctricos y mejorar la infraestructura digital del país. Proinversión habrá adjudicado US$8 mil millones en asociaciones público-privadas este año y podría llegar a los 16 mil el próximo. Allí están desde el puerto de Marcona hasta los fosfatos de Bayóvar, pasando por el anillo vial periférico y la carretera longitudinal norte de la sierra.Podríamos volver a crecer a 7% u 8% como en la época de los buenos precios de los minerales, que ahora son incluso mejores. La transición energética global le da al Perú un papel central como proveedor de cobre (y litio). Nunca fue el Perú tan viable en el largo plazo como ahora.(Edición sábado).