Por Roque Benavides, presidente del directorio de Compañía de Minas Buenaventura.San Gabriel (Buenaventura), aunque es una mina de menor tamaño, es un proyecto que está avanzando y está previsto que ingrese en producción a mediados del 2025. Curiosamente, se encuentra también en la cuenca el río Tambo, solo que a 4.700 m s. n. m., mientras Tía María reposa a casi 600 m s. n. m. Esa es la diferencia que muchas veces no advertimos desde Lima. Pero Tía María era un proyecto que se caía de maduro, y hay que desarrollarlo en armonía y diálogo con las comunidades. Junto con eso, se debe construir lo que la empresa plantea, que son reservorios. La crítica de Cocachacra era que iban a consumir su agua. Por eso, el planteamiento del Minem y de Southern es de contribuir con estos depósitos y ahí es donde viene la hermandad del agua entre la minería y la agricultura.Hay que reconocer que el 85% del agua de lluvia del río Tambo se va al mar todos los años, lo lógico es construir reservorios para que esas aguas dulces sean usadas para campos de cultivo, ganado, población y Tía María.Debemos, claro, estar agradecidos con la cotización que tienen hoy los minerales, pero debemos recordar también que la minería no va en función de los precios, sino de los costos y eficiencia, y Tía María va adelante porque es un proyecto rentable. Las minas de cobre, plomo, zinc, oro, etc. se desarrollan en el largo plazo y tenemos que aprender a ser competitivos incluso con precios bajos. La minería no controla precios, sino costos y eficiencia, y eso es algo que muchas personas no entienden en el Perú.(Edición domingo).