Cuando cualquier empresa llega al punto al que ha llegado PetroPerú -desfinanciada, sin credibilidad y con problemas para cubrir incluso su capital de trabajo-, el menú del directorio que la lidera se reduce a elegir entre opciones difíciles, malas y pésimas. Dado el abanico poco agradable de alternativas, las decisiones que viene tomando el nuevo directorio de la petrolera estatal apuntan en la dirección correcta, pero su ejecución podría complicarse.En entrevista con El Comercio hace pocos días, el nuevo presidente de Petro-Perú, Oliver Stark, delineó parte de la visión que él y su equipo tienen para el futuro próximo de la empresa, construyendo sobre el comunicado que emitieron en mayo pasado. Entre las noticias más resaltantes está el abandono del emblemático edificio de la Av. Paseo de la República.(Edición domingo).