El cobre, principal metal de exportación del Perú y pieza fundamental de la transición hacia energías limpias y renovables en el mundo, no ha anticipado un mayor progreso de las comunidades adyacentes a las minas del Corredor Minero del Sur, y tampoco ha acelerado las labores de electrificación sobre la zona de influencia, según CooperAcción.El informe ‘Transición justa: el cobre para la transición energética y el corredor del sur andino’, elaborado por Josselin Yauri, Thomas Niederberger y Paul E. Maquet, revela cómo el 55% de los hogares rurales de la provincia cusqueña de Chumbivilcas, donde se desarrolla la mina Constancia y que sirve de paso para los camiones de Las Bambas, no tienen electricidad; una realidad que se agrava para Espinar, cuna de la mina Antapaccay (Glencore), donde las viviendas que cuentan con alumbrado eléctrico por red pública solo llegan al 33,5%.