Parece un chiste cruel. Como tantas otras normas que suenan a broma. Pero, no, nada tiene de gracioso, aunque parezca una payasada esta nueva muestra de humor de nuestros nada serios y nada ilustres huéspedes del Palacio Legislativo de la avenida Abancay. Desde sus curules, las bancadas continúan cuidándose las espaldas. Parecieran sospechar lo que se les puede venir y por eso se unen para protegerse lo más que se pueda. El Congreso lo ha hecho de nuevo. Y queda constancia de sus perversas intenciones. El trabajo fiscal y judicial han sido amenazados por ese Parlamento que pretende quitarles libertad de acción, limitarlos. El Pleno ha aprobado en primera votación un dictamen que modifica la definición de crimen organizado y afecta el proceso de allanamiento al imponer que este se realice con la presencia del involucrado y de su abogado. ¿Y quién creen que es el padre de esta frescura? Pues nada menos que Waldemar Cerrón, el hermano del prófugo Vladimir Cerrón, investigado por organización criminal y sometido al allanamiento de su vivienda y oficinas por más de un proceso en su contra, y quien hace más de siete meses se esconde de la justicia para no afrontar una sentencia de más de tres años de prisión por corrupción.(Edición sábado).