De un tiempo a esta parte, diversos miembros del Gabinete parecen estar más ocupados en formular críticas a quienes, desde el Ministerio Público o la prensa, buscan fiscalizar a la presidenta Dina Boluarte que en velar por los asuntos de su sector. Los problemas de inestabilidad política que afectan al Gobierno serían, de acuerdo con ellos, culpa de quienes ponen la lupa sobre determinados comportamientos sospechosos y no de quienes los desarrollan. A finales del mes pasado, por ejemplo, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, atribuyó la reducción de la calidad crediticia del Perú por parte de S&P Global Ratings a "ese ruido político que perturba y afecta la imagen del país" y a las noticias que "ahuyentan" a los inversores.
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