La decisión del Congreso de Estados Unidos de prorrogar por seis meses el sistema de preferencias arancelarias para las naciones andinas (ATPDEA) es ciertamente un alivio para nuestro país, que permitirá dar continuidad y respiro al sector exportador y la economía.Sin embargo, no podemos perder de vista que se trata de una medida tipo parche; es decir, un instrumento temporal, y que el objetivo final sigue siendo la ratificación del tratado de libre comercio, un cuerpo de mayor amplitud y solidez en el tiempo que es necesario para planificar nuestro desarrollo.Todo esto requiere, del Gobierno y los negociadores, una estrategia integral y una gran dosis de optimismo pero también de brega continua para sortear todos los escollos, uno por uno. La no aprobación, hasta ahora, del TLC ha demostrado que no se puede bajar la guardia en ningún momento.Pero, en todo caso, los peruanos debemos ir más allá. Recordemos que actualmente nuestra economía se basa en los altos precios de los minerales, que no podrán sostenerse eternamente; y que existe un grupo de representantes demócratas en EE.UU. que se oponen al TLC y buscan pretextos para mantener los privilegios de los grupos que los apoyan allá.De allí que hay que actuar con urgencia y realismo para abrirnos a otros mercados, buscar otros TLC con China y Europa (dentro de la Comunidad Andina de Naciones o de modo bilateral) y aprovechar que el año 2008 seremos sede de APEC e ir preparando el terreno para estos objetivos de amplio comercio e intercambio global para nuestros productos fuera del ámbito americano.(Edición domingo).