Por Alfredo Thorne, exministro de Economía y Finanzas.La recesión dejó una gran huella en las finanzas públicas. A pesar del rebote de la economía, los ingresos tributarios a marzo cayeron en un 10,5% en términos reales, llevando el déficit fiscal al 3,3% del PBI, muy lejos de la meta fiscal de 2%. Esto ha llevado al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a elevar la meta fiscal a 2,5%, en un momento en que S&P nos puso a un escalón de perder el grado de inversión. El aumento del precio del cobre y del oro podría resultar en una mayor recaudación, pero el MEF ha decidido dilatar el ajuste del gasto.La aprobación por parte del Congreso del séptimo retiro de los fondos de pensiones podría resultar en que más de ocho millones de afiliados vacíen sus cuentas en las AFP y, combinado con la propuesta de reforma de pensiones del MEF que introduce una pensión mínima para todos los afiliados, pone aún más presión sobre las finanzas públicas. No resulta muy descabellado pensar que la gran mayoría de estos afiliados va a pedir su traslado al sistema público de reparto y va a obligar al Gobierno a financiar las pensiones con futuros impuestos.(Edición domingo).