LA OTRA GUERRA DEL PACÍFICO
17 de abril de 2024

Por Anthony Laub.Chile nos infligió una dura derrota cuando torpemente ingresamos a una guerra ajena para la que ni siquiera estábamos preparados. Pensar hoy en guerra debe llevarnos solo a la que se da en el plano económico. El Perú es un referente minero y posee los minerales más importantes que el mundo consume. Acompaña la agroindustria como un nuevo motor de crecimiento y la siempre presente pesca. El desarrollo de otras industrias es muy bajo o complejo, pues las condiciones laborales, tributarias, legales y la falta de infraestructura hacen que no seamos atractivos.Enfoquémonos en minería, pesca y agroindustria. Nuestro suelo y mar son ricos en recursos, pero hay que extraerlos o cosecharlos. Desarrollar y operar un proyecto minero en Perú es más barato que en Chile. Lo mismo aplica para el agro, pues tenemos mejores tierras, mejor clima y más agua. Huelga que resaltemos la inmensa generosidad del mar de Grau.Si bien nuestros cañones aparecen, teóricamente, como más potentes, pareciera que a nuestras autoridades eso les molesta; pues, en vez de dotarlos de mayor poder de fuego, prefieren sabotearlos y jugar para el rival.Ejemplos. Tenemos energía eficiente, limpia y barata, pero insisten en forzar el ingreso de tecnologías ineficientes y costosas (solar y eólica) en desmedro de las que nos sobran: hidráulica y gas; eliminando nuestra gran ventaja competitiva. Promueven también, iracundamente, que el obtener un permiso o licencia sea un proceso tortuoso y largo, o que el acceso al agua (tenemos suficiente) sea casi imposible. Comer atún ecuatoriano, porque enlatarlo es más barato allá, es inaudito.