Las maniobras dilatorias de su defensa legal para impedir que retorne al país no le servirán por mucho tiempo a Alejandro Sánchez Sánchez, amigo del golpista Pedro Castillo y dueño de la casa de Sarratea donde el exmandatario estableció una suerte de despacho paralelo y recibía a políticos y autoridades. El procurador general del Estado, Javier Pacheco, informó que el trámite para que Sánchez regrese al país -medida que debió concretarse el jueves, pero se postergó por la presentación de una medida cautelar- tardará entre tres y cuatro meses. Su deportación, explicó, seguirá un trámite similar a la del expresidente Alejandro Toledo, hoy preso en el penal de Barbadillo. (Edición sábado).