Si bien la producción minera inició la primera parte del año "en azul" (creció 4.58% en enero y 17.1% en febrero) tras romper un récord de 2.7 millones de toneladas de cobre el 2023, las perspectivas no necesariamente son las mejores para las inversiones mineras, dada la turbulencia política y ahora un resurgimiento de la conflictividad vinculada a esa actividad.Al cierre del 2023, las inversiones mineras sumaron US$4,715 millones, una caída de 10% con respecto a los US$5,235 millones del 2022.Si bien en enero último las inversiones de esa industria crecieron 4.3%, fue por el mayor gasto relativo (US$37 millones) realizado por Quellaveco, un proyecto de Anglo American que ya concluyó y ejecutó la mayor parte de sus inversiones (US$5,500millones)entre 2018 al 2022.A inicios de este año, el entonces ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, había previsto que en este 2024 las inversiones del sector minero alcanzarían los US$5,400 millones.Sin embargo, su sucesor, Rómulo Mucho, más cauto, ajustó su proyección a la baja, estimando que se podría llegar a los US$5,000 millones este año.
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