Por Pedro Pablo Kuczynski.En el último año, la economía del Perú se ha achicado, se ha reducido de tamaño. Hoy los 33 millones de peruanos nos movemos en una economía que es 1% menor en el volumen de su actividad que hace un año. Resultado: menos trabajo, menos remuneración, más pobreza, más pesimismo.El malestar económico se ha presentado como una "recesión" económica, una caída temporal que se superará pronto. Y técnicamente así es. Efectivamente saldremos del hoyo, pero el diagnóstico de recesión no nos dice si esa es efectivamente la enfermedad y cuál debe ser el tratamiento. La crítica y el comentariado económico le atribuyen la coyuntura a diversas supuestas causas: carencia de inversión tanto pública como privada, el Parlamento disfuncional, la creciente burocracia, etc. Todas tienen algún elemento de verdad teatral, pero detrás del telón está el gran cuco, el gran fantasma: ¿dónde estará el Perú en dos años? Es la misma pregunta que con diversas variaciones se plantean los peruanos desde que los tristes acontecimientos en el 2017-18 forzaron mi renuncia a la Presidencia de la República.Hoy estamos inmovilizados, como un venado al atardecer rodeado de cazadores. Los preparativos siguen para las elecciones presidenciales y parlamentarias del 2026. Los candidatos y los "partidos" pululan.