Tal como anticipó el IPE en mayo del 2023, la inversión privada culminó el año acumulando seis trimestres de caídas consecutivas. La falta de grandes proyectos que sustituyan a Quellaveco y las repercusiones de la conflictividad social sobre la confianza empresarial pasaron factura. En el comienzo del 2024, y ante la ausencia de interrupciones sobre la actividad económica, diversos indicadores ofrecen indicios de un dinamismo mayor al previsto en la ejecución de proyectos del sector privado. Afianzar esta incipiente recuperación, más allá de los efectos estadísticos, será uno de los principales retos del nuevo MEF.Con ello, el IPE estima que la inversión privada habría crecido alrededor de 8,4% en enero del 2024, la primera cifra positiva tras seis trimestres de retrocesos consecutivos.(Edición domingo).