La ministra de Cultura, Leslie Urteaga, definió recientemente con acierto los peligros más severos que el paro que hasta ayer llevaron adelante sectores minoritarios pero bien organizados de la población de Machu Picchu representan para el país. Hablamos, como ella dijo, del destino turístico más importante que tenemos en el Perú y la situación de los visitantes extranjeros impedidos de llegar al lugar que querían conocer y por el que emprendieron el viaje que los trajo hasta acá nos ocasiona un problema de imagen difícilmente remontable, poniéndonos en riesgo de ser colocados "en la lista negra de la Unesco". Un problema suscitado por lo que la propia ministra ha definido como una "mafia" que busca impedir el cambio del antiguo sistema de boletaje y el acaparamiento de tickets para entrar al monumento arqueológico. Un sistema que, como se sabe, permitió que se vendieran 80 mil boletos sin registro en el 2023 y que existiera un desbalance de S/8 millones en las cuentas oficiales sobre los ingresos a la ciudadela inca.