Nadie, salvo los propios directivos, conocen la real situación y viabilidad de Petro-Perú. En el 2022, nos dijeron que con el financiamiento solicitado y la entrada en operación de la refinería de Talara las cosas se solucionaban. Nos mintieron. Hoy la empresa vuelve a pedirnos más plata con el mismo argumento. ¿Quién puede confirmar que eso ahora es cierto?, cita David Tuesta, exministro de Economía.No se le puede creer nada a una firma cuya junta directiva llena de conflictos de intereses no nos muestran el plan de reestructuración que le encargaron a Arthur D. Little, oculto bajo justificaciones inverosímiles. A dicha junta renunciaron los directores designados por el ministerio de Economía y hoy solo quedan cuatro: un director "independiente", que ha sido trabajador de la firma; un representante de los trabajadores; y dos directores designados por el Minem, cuyo ministro es empleado con licencia de Petro-Perú.(Edición domingo).