La delincuencia continúa en aumento y las calles de Lima y el Perú se tiñen de sangre todos los días. El plan Boluarte, que se basó en declarar estados de emergencia en varios distritos de la capital, fue, en el mejor de los casos, solo un parche que no pudo frenar la ola de inseguridad que padece el país.La responsabilidad política del fracaso de las acciones contra el crimen organizado se trasladó a una institución que no debe ser politizada, como la Policía Nacional del Perú, en lugar de ser atribuida al ministro del Interior, como corresponde.La decisión del Gobierno de pasar al retiro al general Jorge Angulo y sacarlo de la Comandancia General de la Policía ha generado mucha incertidumbre al interior de la institución; con su salida se ha pretendido apañar al titular del Interior, Víctor Torres, quien llegó a esa cartera sin exhibir trayectoria ni mayor pergamino.