EL ESTADO POBRE Y DERROCHADOR
23 de enero de 2024

Por Miguel Palomino.Los peruanos ya estamos acostumbrados a escuchar discursos de funcionarios públicos respecto a la escasez de fondos públicos para tal o cual fin. A veces, este reclamo parece tener sentido, por ejemplo, cuando se trata de la educación. ¿Acaso alguien piensa que la educación está sobreatendida en el Perú? Otras veces, más bien cuesta pensar cómo se les ocurre gastar más dinero, como en el caso de Petroperú.¿Por dónde comenzamos a evaluar estas afirmaciones? Primero, es necesario ponernos de acuerdo en qué se debería gastar el dinero financiado con nuestros impuestos. El dinero de los impuestos es limitado, por lo tanto, debemos priorizar el gasto público. ¿En qué queremos gastar el dinero con que contamos? Es necesario actuar como todo hogar cuando decide en qué utilizar su presupuesto.Hay algunas cosas en las que existe cierto consenso respecto a que el Estado sí debería involucrarse (como, por ejemplo, la educación). Hay otras cosas en las que el Estado no debería involucrarse, por lo menos no mientras no haya resuelto los problemas priorizados. Mientras la gran mayoría de peruanos no esté sana, segura, educada y con sensación de que el país es más bien justo y está progresando, no tiene sentido gastar nuestro dinero en cosas como una empresa petrolera.