Por Mario Ghibellini.En setiembre del año pasado el premier Otárola y el ministro de Economía Alex Contreras fueron muy claros a propósito de la imposibilidad de seguir dilapidando recursos fiscales en Petro-Perú. "No se le va a dar ningún dinero adicional a Petro-Perú para financiar lo que allí se está pidiendo, porque la decisión del Estado es orientar estos fondos a la atención de El Niño", dijo entonces el jefe del Gabinete con respecto a un enésimo rescate financiero que acababa de solicitar el insaciable monstruo deficitario. Y, para no ser menos, el titular del MEF proclamó también por aquellos días: "No hay espacio para capitalizar a Petro-Perú". Por si eso no fuera suficiente, casi dos meses después, durante su presentación en CADE 2023, Otárola le añadió decibeles a su drástica posición original y sentenció: "Creemos que esta empresa ha cumplido un ciclo económico en el país y, desde el punto de vista económico-financiero, no va a ser posible seguir financiando el déficit". Con el correr de las semanas, sin embargo, la ronca voz de los ministros se adelgazó hasta la afonía, para volver ahora convertida en una meliflua manifestación de duda que promete contradicciones plañideras.(Edición sábado).