La Comisión de Ética Parlamentaria lleva dos años y medio de gestión, primero liderada por la entonces acciopopulista Karol Paredes, y ahora por Diego Bazán, de Avanza País. Si bien ambos iniciaron sus labores prometiendo que no habría blindajes, el tiempo y las cifras terminan por mostrar que varios legisladores acusados de recortar sueldos, entre otras sindicaciones, quedaron sin sanción ejemplar.Se han presentado más de 150 denuncias en dicho grupo de trabajo, pero -a la fecha- solamente cuatro congresistas fueron suspendidos de sus labores por 120 días, que es la máxima sanción estipulada en el Reglamento del Congreso para un legislador por vulnerar el Código de Ética Parlamentario.