El Banco Mundial proyectó para el Perú, en un reciente reporte global, un crecimiento de 2.5% para este año, una cifra menor a la que vislumbró en octubre, de 2.7%, y mucho menor a la que calcularon el MEF y el BCR, de 3%.Aun siendo un rebote bajo para que se sienta el impacto en, digamos, el Perú de carne y hueso, y se pueda, por ejemplo, reducir los índices de pobreza, el Banco Mundial (BM) fundamenta ese crecimiento, entre otras cosas, en la minería.El BM explica que la expansión de las operaciones de las principales minas de cobre contribuiría a desarrollar una actividad productiva más sólida y sostenida. Y ciertamente es el momento de hacerlo, pues la demanda sigue en ascenso.