Por Carlos E. Paredes, economista, docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental.Entre mis propósitos para el 2024 estaba escribir menos columnas sobre Petroperú. Ciertamente no como respuesta a la amenazante carta notarial que me envió la empresa en diciembre -carta que, por supuesto, publiqué y generó el efecto opuesto al deseado por sus escurridizos autores-, sino porque hay muchos otros temas que ameritan ser tratados. Sin embargo, me veo obligado a dejar de lado el referido propósito de Año Nuevo. ¡Qué frustración!El Minem y Petroperú nos sorprendieron esta semana llevando un planteamiento inaudito al primer Consejo de Ministros del año. Quieren que el Estado realice un nuevo y multimillonario apoyo financiero a la empresa petrolera estatal, sin que esta haya cumplido con lo que se comprometió a hacer cuando fuimos forzados a realizar un aporte de S/ 4,000 millones en noviembre del 2022 (adicional a los US$ 750 millones del préstamo de "corto plazo" que se le había otorgado en abril de ese año).Recordemos que el D.U. que autorizó esa capitalización obligaba a la empresa a adoptar un plan de reestructuración con el objeto de reforzar su gobernanza y sostenibilidad financiera. Sin embargo, hasta hoy, no se sabe nada de dicho plan. No estamos seguros desde cuándo la nueva refinería estará operando al 100%, ni cuáles son sus rendimientos.