La economía mundial necesitará una inversión anual de 4.1 billones de dólares en tecnologías de transición e infraestructura energética para el 2050, según la consultora EY, que advierte que los cambios más significativos, aunque se genera un nuevo sistema energético, no se verán hasta después del 2030. Según su último informe, remitido y que habla no de una sino de "múltiples transiciones energéticas", para la próxima década la energía solar y eólica alimentarán "casi todo", las renovables, en general, alinearán la oferta a la demanda, y el petróleo y el gas serán más ecológicos.