Por Omar Mariluz Laguna, director del diario Gestión.Es curiosa la facilidad que tenemos para ponernos cabe. Pese a que la actividad minera sigue siendo el principal motor de la economía peruana, poco se hace para promoverla y, por el contrario, vemos cómo el crimen organizado y la minería ilegal acuchillan a uno de los pocos sectores que aún impulsan al país.Las cifras que presentó el Instituto Peruano de Economía (IPE) son bastante elocuentes. Sin la minería, ninguna de las 16 regiones mineras hubiera obtenido un resultado positivo en el tercer trimestre. Por ejemplo, Moquegua creció 27% en ese periodo, pero sin esta actividad no hubiera ocupado el primer lugar de crecimiento, y se habría contraído 1.9%.El propio ministro de Economía, Alex Contreras, hace algunas semanas, señalaba que "si no fuera por la minería, probablemente estaríamos hablando de una gran recesión". Para entender la importancia de esta actividad, solo el ingreso de Quellaveco, ha permitido sostener el crecimiento y los ingresos fiscales en un año de recesión.Pese al nivel de relevancia que tiene la minería, lo que prima es la desidia de las autoridades. A inicios de este mes fuimos testigos de cómo el crimen organizado asesinó a nueve trabajadores e hirió de gravedad a otros 15 de la minera de oro la Poderosa en Pataz, La Libertad.