Por Oscar Caipo, presidente de Empresarios por la Integridad.Vivimos tiempos complejos y críticos en nuestro país. A pesar del crecimiento económico y la estabilidad macroeconómica logrados en las últimas dos décadas, persisten brechas sociales en salud, anemia, educación y servicios básicos, afectando la dignidad y el desarrollo de millones de peruanos.La corrupción, raíz de numerosos problemas, permea la inversión pública, las compras públicas y la tramitología municipal, generando abusos. A esto se suma el peligroso avance de actividades ilegales como minería, tala y narcotráfico, que impactan empresas y ciudadanos, infiltrando la política y el sistema de justicia. Las actividades ilegales son, posiblemente, los principales corruptores del sistema y donde se vulneran derechos humanos.La incursión en la propiedad y el asesinato de 10 trabajadores en Minera Poderosa nos llena de dolor. Refleja el avance de actividades ilegales y la pérdida de control estatal en brindar seguridad básica. Esta situación es insostenible y requiere una respuesta urgente. Deben unirse el sector privado, la academia, la sociedad civil y políticos honestos para lograr los cambios necesarios.