Por César Sandoval Pozo, jefe de Gabinete de Asesores del MINEM.Resulta inaudito e irónico que un país como el Perú, con inmensos recursos y reservas petroleras y gasíferas, no tenga una industria petroquímica capaz de explotar y aprovechar al máximo la enorme riqueza gasífera que año tras año se extrae y produce, sin transformarla ni darle el mayor valor agregado que genera empleo, divisas y desarrollo.Mayor ironía si se cuenta, desde hace más de tres décadas, con universidades públicas dedicadas a estudiar e investigar las ventajas de la industria petroquímica en un mundo que se mueve en la línea de la transformación industrial, mientras nosotros continuamos en la primera fase de la cadena de valor, como productores de materias primas.