Por Gabriel Amaro, presidente de AGAP.Todos los peruanos vemos con impotencia dos hechos ineludibles y que afectan la prosperidad de todos los peruanos: la recesión y el nulo crecimiento económico.El sector agrario formal enfrenta una fuerte pérdida de competitividad por varios factores, pero quizás el más estructural fue el daño que se hizo durante el gobierno del presidente Sagasti y la presidencia en el Congreso de Mirtha Vásquez con la derogatoria de la Ley 27360, Ley de Promoción Agraria, el año 2020 y la posterior aprobación de la nueva Ley Agraria N° 31110. Esta última no es una ley agraria aprobada desde la necesidad del productor agrario, sino fue hecha desde una mirada ideológica y populista que poco a poco viene minando la competitividad y las condiciones para desarrollar la actividad formal, disminuyendo las inversiones, el empleo formal, la generación de divisas y riqueza para el país.