Los médicos son conocidos por rehusarse a colgar el estetoscopio, pero llega un momento en que su destreza comienza a menguar, y jubilarse es lo mejor para ellos -y sus pacientes-. Lo mismo aplica para los galenos metafóricos del mundo financiero, cuya capacidad para diagnosticar la salud del mercado cambia con el paso del tiempo. Y el final estaría cercano para el más ilustre de todos: el Dr. Cobre.Metal crucial para la construcción de todo tipo de conectores, tuberías y cableado, el cobre recibió su apodo en Wall Street gracias a su rol como barómetro de la situación de la industria global. Un alza en su cotización es considerada como un primer síntoma de un repunte económico; una pronunciada caída es presagio de recesión o, al menos, de una desaceleración de la manufactura.¿Qué está ocurriendo en estos momentos? La manufactura se ve pálida, su producción global apenas ha crecido 0.5% respecto de hace un año, muy por debajo de la tasa promedio de 2.6% de los últimos 20 años, y el mundo avanzado está en recesión industrial. Un tambaleo de escala similar, en el 2015, provocó el hundimiento de la cotización del cobre de alrededor de 25%. Sin embargo, en lo que va del año, solo se ha reducido 6%. Los precios de los contratos de futuros con vencimiento en el 2025 están estables, y de los que vencen el 2026, han subido un tanto.