Las medidas que el Gobierno nacional ha diseñado para prevenir los efectos de El Niño global, y que está esperanzado en que también reactiven la economía, están colisionando con dos enormes obstáculos: la deficiente capacidad de gestión de los gobiernos regionales y municipios, y la pobre coordinación que existe entre estos y las entidades rectoras en Lima. En consecuencia, aún se halla en etapa preparativa la mayor parte de los anuncios que la presidenta Dina Boluarte hizo en su interminable discurso de Fiestas Patrias. ¿Será posible tener las obras listas antes de que empiecen las lluvias?El Consejo Privado de Competitividad (CPC) le ha puesto números a la respuesta: los cinco gobiernos regionales con mayor presupuesto para enfrentar a El Niño tendrían que aumentar en cinco veces la velocidad actual con la que vienen devengando sus recursos presupuestados.