Notoriamente enojado, el premier Alberto Otárola rechazó las "insinuaciones" de actos de corrupción en el Gobierno e irregularidades en la contratación de una supuesta amiga suya en Devida. Otárola, luego, se refirió con énfasis a una supuesta filtración de información reservada a la prensa por parte de fiscales, y exigió que sean sancionados.