Luego de haber permanecido en Estados Unidos por seis años, y a seis meses de su extradición hacia el Perú, el expresidente Alejandro Toledo dio finalmente cara a la justicia y se sentó en el banquillo de los acusados. Ello para responder por la presunta recepción de una coima de más de US$ 30 millones de la empresa Odebrecht y sus consorciadas a cambio de beneficiarlas con la licitación de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica Sur.El líder del desaparecido partido Perú Posible es imputado de los presuntos delitos de colusión y lavado de activos, por lo que la fiscalía ha solicitado para él una condena de 20 años y seis meses de cárcel.En la maratónica sesión, que duró más de seis horas, el fiscal José Domingo Pérez, del equipo especial Lava Jato, detalló la presunta intervención ilícita de Alejandro Toledo durante el proceso previo y posterior a la licitación de la obra, cuyo perjuicio generado fue de US$ 403’724.042.
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