Los topes a las tasas de interés de los créditos, vigentes desde mayo del 2021, causan estragos al acceso a préstamos y a la inclusión financiera. Tales límites fueron impuestos por el Congreso en circunstancias álgidas, pues el país afrontaba la fase más dura de la pandemia, con la economía recesada y buena parte de los deudores asfixiados por obligaciones que no podían cumplir, justamente ante el entorno adverso.