Los sucesivos golpes que en el último año ha recibido la economía peruana están afectando el flujo normal de pagos de las empresas. La contracción de la economía de 0.56% hasta julio, como correlato de un descenso del gasto privado (la inversión privada se redujo 10% en el primer semestre y el consumo avanzó un ralo 0.3%), está perjudicando la generación de ingresos de las empresas, lo que a su vez las conduce a retrasar el pago a sus proveedores.