El 31 de agosto la Comisión de Ética decidió abrir tres procesos contra el presidente del Congreso, Alejandro Soto, por presuntamente haber vulnerado la ética parlamentaria al a) haber tenido contratada en su despacho a la tía de su hijo, b) haber sido favorecido en un proceso judicial gracias a una ley por la que votó y c) haberse beneficiado del dinero de sus trabajadores que le costeaban un servicio de publicidad en Facebook y quienes, además, se dedicaban a defenderlo en las redes sociales utilizando cuentas falsas (troles).Más de un mes después, este lunes, el referido grupo de trabajo finalmente revisó y votó los informes de calificación respectivos de cada una de estas denuncias. Pero si antes se tomaron cuatro semanas en elaborar los expedientes, esta vez los evaluaron en tiempo récord: los tres se presentaron y se discutieron en menos de una hora. El resultado, por otro lado, fue un vergonzoso blindaje que ‘limpió’ al titular del Parlamento de dos de las tres imputaciones con las que cargaba.