Un informe publicado ayer en El Comercio ha puesto cifras a una situación que muchos intuían: en el actual Parlamento, las comisiones extraordinarias proliferan, son costosas y arrojan pobres resultados. Según revela la nota, a pesar de que el reglamento del Congreso señala claramente que tales grupos de trabajo son excepcionales, su número es hoy casi tan alto como el de las comisiones ordinarias (22 frente a 24), y el gasto que han supuesto en planillas en menos de tres años supera los S/ 8 millones.En lo que concierne a su ineficacia, cuatro son las características más saltantes: la demora en su instalación, la alta rotación que existe en su conformación, la constante solicitud de ampliaciones del plazo otorgado inicialmente para su tarea, y la escasez o inutilidad en materia de resultados.