Por Mónica Pizarro Díaz, socia del Estudio Echecopar.El Congreso está a punto de aprobar tres nuevas leyes sobre tiempo de trabajo que tendrían un impacto relevante en nuestro sistema de relaciones laborales, al establecer los siguientes cambios: (I) Incluir el tiempo de refrigerio dentro de la jornada de trabajo para aquellos trabajadores que laboren 45 horas o más. En la práctica, para las personas que trabajan 6 días a la semana, esto significaría reducir la jornada máxima de 48 horas semanales a 43.5 horas; mientras que para quienes trabajan 5 días a la semana, la jornada máxima pasaría a ser de 44 horas y 15 minutos.(II) Crear un nuevo derecho a pausas activas obligatorias de 5 minutos cada 2 horas (lo que hace un promedio de 20 minutos diarios y poco más de una hora por semana) que deben constar en un registro especial.(III) Crear una bonificación del 35% de la remuneración para el personal que labora en horario nocturno (actualmente se aplica una remuneración mínima 35% más alta).(IV) Obligar a que la jornada de trabajo se empiece a contar desde el primer control de ingreso al centro de trabajo, sin importar la lejanía del lugar de labores ni las actividades personales que el trabajador pueda desarrollar antes de empezar su jornada.Llama la atención la ligereza con la cual se pretende aprobar estas modificaciones, sin que hayan sido discutidas en el Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo y sin evaluar el impacto que podrían tener en el empleo formal, en un contexto de reducción de la inversión y recesión económica.