MINISTRA RECONOCE LA URGENCIA DE APLICAR CONTROLES MUY ESTRICTOS A LOS ALIMENTOS
22 de noviembre de 2006

El tema de la leche contaminada con coliformes que causó la intoxicación de 890 niños en Huancayo es un trago amargo que aún persigue a la ministra de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes), Virginia Borra, quien ayer tuvo que presentarse ante la Comisión de Fiscalización del Congreso para informar sobre este escándalo, que pudo haber terminado en tragedia y que ha evidenciado la falta de un control estricto en la producción de alimentos que distribuye el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa).Precisamente la titular del Mimdes anunció que en su portafolio se estaba preparando la reactivación de la antigua oficina de control de calidad del Pronaa, que fuera desactivada en el 2002. "Este organismo nos permitirá hacer nuestros propios controles, aparte de los que hace el Ministerio de Salud", explicó, tras precisar que actualmente hay empresas certificadoras autorizadas por el Indecopi encargadas de examinar a las procesadoras de los alimentos que distribuye el Pronaa.Adicionalmente el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (Cenan) del Ministerio de Salud tiene la obligación de supervisar los controles sanitarios de las empresas que producen los alimentos, pero no tiene presupuesto ni personal suficiente para hacerlo en forma permanente.En el caso de las empresas supervisoras, dijo que están obligadas a hacer los exámenes bacteriológicos cada quince días y los microbiológicos mensualmente.