Por Manuel Romero Caro.El pésimo servicio del Estado en los servicios públicos lo constatamos diariamente desde que salimos de nuestras viviendas con el cada vez peor tráfico y la inseguridad ciudadana. Y cuando por desgracia se requiere del sistema de salud, de la educación estatal, la frustración es enorme; para no mencionar el sistema judicial. La frustración es aún mayor cuando constatamos que mientras la situación de los servicios públicos que demanda la ciudadanía es sumamente deficiente, el Estado distrae enormes recursos en actividades en las cuales no debería de incursionar.En esta oportunidad los diversos problemas de PetroPerú (PP), unidos al hecho que el gobierno pretende entregarle los lotes petroleros de Talara sin concurso previo y en contra de los establecido en la Constitución ha colmado la paciencia del Congreso. Habiéndose presentado una moción de censura contra el ministro Oscar Vera, de Energía y Minas.Durante el gobierno de Castillo y el de Boluarte se ha querido vulnerar reiteradamente el principio de subsidiariedad del Estado, a pesar que las empresas privadas pueden desempeñar más eficientemente las actividades empresariales.